En los vértices del tiempo: Llegaron de Oriente

Yo, de pequeña era un niña según palabras de mi madre, demasiado preguntona. Siempre andaba con un "por qué es asi" en la boca. Sentía curiosidad por conocer mi alrededor. Una de las escenas que con más añoranza recuerdo de mi infancia, es aquella en la que un día ya se me podía llamar cansina después de andar todo el día preguntando por qués. Mi abuela me pidió que dejara de preguntar al menos durante un rato, y mi padre le contestó que a el le gustaba mucho que yo estuviera preguntando por que los niños dejan de ser pequeños cuando dejan de preguntarse el porqué de las cosas.

Hoy, mientras celebrabamos el día de Reyes me volvió esa pregunta a la mente, y volví a formularsela a mi padre. Pero el tampoco tenía la respuesta. Veiamos el diario y tras el reportaje sobre el atentado sobre una escuela de la ONU en Gaza, en el que hay más de 40 muertos, comentaban sobre los regalos y sorpresas con las que los pequeños se levantaban tras el paso de sus Majestades de Oriente. La verdad, no me resulta sencillo hacer esa pregunta; no sé si es porque no tiene respuesta o porque me doleria encontrarla. En realidad, no es solo una pregunta, son varias, pero todas tienen tres elementos en comun: comienzan con un "por qué" y enlazan esas dos noticias.

¿Por qué unos niños abren regalos y otros escuchan bombas o pierden la vida?

¿Por qué los medios pasan de la muerte de niños inocentes a la alegria de otros sin consideración explícita? ¿Cómo es posible que permitamos esa frialdad?

Me han surgido miles de preguntas en ese momento. Pero soy incapaz de exponerlas en un orden adecuado. En mi mente siguen resonando las anteriores, solapando a las que se guardan en mi cabeza.