6 de abril de 2007

...Beso...

El espacio entre ambos era cada vez menor. Sus rostros se acercaban hasta el punto que a las moléculas de aire les costaba gran esfuerzo abrirse paso entre ellos. Los ojos permanecían atentos en los del otro, sin pestañear apenas, viéndose reflejados en la pupila contraria. De repente, en un momento indeterminado del eterno acercamiento, sus rostros se llegaron a tocar, en un leve y apenas perceptible rozamiento, sus bocas se abrieron a unísono como movidas por un secreto resorte accionado al simple roce. Ahora ya la vista no intervino, los ojos se cerraron, como si vivieran un sueño. Y entonces, ya no hubo ni espacio, ni tiempo, ni gente, ni pasado, ni futuro, ni recuerdos…ni excusas. Tan solo ellos. Los dos. Uno solo. Ambos. Todo.

Y fue cuando comenzó el baile de sus cuerpos. Eran todo cuanto existía y a ninguno les interesaba nada más. Pero la mente tampoco intervenía. Con los ojos cerrados, los labios entreabiertos, cada poro de sus pieles sentía el roce del otro, suave a veces, violento otras. El vello se erizaba al compás de los movimientos que realizaban. Todos los sentidos al máximos, excepto la vista, los ojos nunca abiertos porque no les hacia falta mirarse para verse, porque los demás sentidos suplían la carencia deseada de ese órgano. Y lo superaban. Los movimientos eran lentos, acompasados, sin un orden preestablecido, pero siguiendo un plan finamente trazado, quizás por sus inconscientes que se pusieron de acuerdo en algún instante, plan que seguían ambos como si se tratase de los pasos de una coreografía. Pero sin ni siquiera música. Solo se podía escuchar el roce de sus cuerpos y los latidos de sus corazones, como si quisieran unirse el uno al otro, encontrarse más allá de sus pechos, para que la fusión fuese aun más perfecta. Ritmo acelerado también al respirar.

Humedad. Pero ya nada importa. Escalofríos, pero que quedan en un segundo plano. Sus manos se buscaban y se evitaban a la vez, recorriendo los rincones más privados de sus anatomías. La cara, el cuello, la espalda, el pecho, los hombros, los brazos…

Fue entonces cuando los labios se separaron. Y entonces abrieron los ojos. Y sonrieron, cómplices los dos. Ella se mordió el labio, sonriendo tímidamente, casi no se atrevía a mirar. El, lentamente, sonriendo, volvió a iniciar el acercamiento, pero esta vez, la meta no fueron sus labios, los de ella, sino su cuello, que besó suavemente, casi sin tocarlo, pero lo suficiente para que ella se estremeciera y cerrando de nuevo los ojos, sintiendo un escalofrío que la recorría desde la espada hacia la cabeza, como un rayo partiéndola en dos. Se puso tensa, y echó la cabeza hacia atrás, soltando un suspiro y abandonándose. El recorrió su cuello a besos, en pequeños saltos, volviendo hacia atrás una y otra vez, y otra vez más, ante el temor a dejar piel sin besar. La mano, mientras, se escabullía entre su pelo, quizás para asegurase de que no escaparía, aunque ella ya no estaba en su cuerpo. Al llegar a la oreja, un mordisco suave, un nuevo escalofrío, pero esta vez ella creyó que fue menor. Y el le dio la vuelta, colocándose detrás de ella, continuando su rito, obligándola ahora a flexionar la cabeza, hacia delante, para mostrarle toda su nuca, el pelo, ¿molesta? Chist, cállate, no pasa nada… y las manos volvieron a buscarse, como antes se habían buscado sus labios. Comenzó el. Su cabeza, su pelo sedoso, descendiendo por el cuello, que ya había besado, recorriendo el perfil de sus hombros, palpando cada centímetro para ayudar a su cerebro a formar una imagen acaso más real de ella. Los ojos volvieron a estar cerrados, no hacían falta. Sentir su piel, su cuerpo, era todo cuanto deseaban. Y las manos, de ella, casi temblorosas, buscaron las de el, y como serpientes se enlazaron, primero tímidamente y después con fuerza. Y ella, volviendo a notar un nuevo escalofrío, las apretó, las manos, con fuerza, contra ella, obligando a que se produjera ese abrazo que ambos deseaban; ella delante y él rodeándola con sus brazos, sin dejar de besarla… el tiempo no contaba; el espacio…¿qué era?

4 notas al pie:

el blog de la carcel dijo...

SIGUE ESCRIBIENDO. HAY UN MUNDO ENTERO QUE TE LEE Y EL QUE NO LO HACE NO SABE LO QUE SE PIERDE...

Unknown dijo...

Nena!! Como ya te dije! Me encanta >_____<. Eres la mejor :P. Quiero ser de mayor como tú.

Anónimo dijo...

IMPRESIONANTE!!!!

Anónimo dijo...

He leído algunos de tus posts pero el del beso me ha encantado. Qué delicadeza al escribir cris... A medida que iba leyendo era como si viera con mis propios ojos la situación que estaban viviendo los personjes, y que consigas eso con la escitura es increíble. Sigue así tia, esto que haces no sólo demuestra que sabes escribir bien sino que eres una persona muy especial.

De tu amiga

To-whit-tu-woooooooo

 
En los vértices del tiempo. Design by Exotic Mommie. Illustraion By DaPino