
Y aun así, sé que nunca aprenderé a amarte. Ni lo quiero intentar. Y tambien sé que tu tampoco me amarás. No intentes hacerte el sorprendido. No habrá tiempo para eso, sólo el suficiente para hacerlo inovidable eso si, y después, una llamada, una excusa, o ni aun eso... y te irás y me iré. Y continuará todo, como si esto nunca hubiera pasado. Pero, ¿sabes? cuando lo recuerdes, y lo recuerde, nos sorprenderemos al darnos cuenta de todo lo que entregamos en ese tiempo sin esperar nada a cambio. Y habrá valido la pena.... Aunque solo fuera por un instante.
Ya ni tan siquiera nos quedará París.
0 notas al pie:
Publicar un comentario