26 de febrero de 2009

Esta mañana, mi tía ha dicho una frase de la que tengo la certeza que va a quedarse flotando en mi cabeza largo tiempo. "Tu puedes saber que tus hijos son feos, pero que alguien te lo diga, suena aun peor". Y en nuestro caso, si cambias un poco la frase y le añades lágrimas cayendo, creas, a poco que te fijes, una imagen de nuestro estado de ánimo por el momento.

Salí de casa esta tarde y la he pasado sola, aunque rodeada de gente; ya que, por mucho que me concentrara, no dejaba que mi cabeza estuviese allí. Imaginando lo que nadie quiere ver, preparandome en una cuenta atrás no definida pero ya imparable, llamando a las lágrimas a mis ojos, pero han dejado de hacerme caso, queriendo hablarle a alguien pero sin poder abrir la boca.

"El aire te sentará bien", eso decían, "te despejará", pero no conseguía olvidar ni un segundo.
En mi cabeza, fuera del mundo que me rodea, sin mirar, sin ver. Me hubiera gustado hablar con alguien, sentarme tan solo y dejar pasar el tiempo, y solo me han venido dos nombres a mi mente, pero de uno estoy empezando a desconfiar y el otro... En realidad, no quiero hablar con nadie.


Quiero abrir los ojos y salir de aquí, intentar creer que todo va a ser como hace un tiempo, antes del invierno, antes del otoño, antes del verano... la primavera pasada, viendo a los pajarillos venir a comer de su mano... No hagas esto, no me lo hagas...

0 notas al pie:

 
En los vértices del tiempo. Design by Exotic Mommie. Illustraion By DaPino