Porque no todos los días no tienes un minuto de descanso; porque no todos los días encuentras en una biblioteca un libro perdido (ojo, no lo encontramos, solo sabemos que ese libro está perdido) y que te da la rabia de saber que era justo el que necesitabas; porque no todos los días entras en un edificio antes de que amanezca y sales cuando ya ha anochecido; Porque no todos los días te echan a perder en dos segundos y una mala cara todo el trabajo de una mañana; Porque no todos los días pierdes todo el temario de micro (ya llevaba 30 temas...) que guardabas en esa preciosa carpeta morada transparente (dios! espero recuperarlo! Se ofrece recompensa, como en las desapariciones... voy a hacer carteles); Pero tampoco todos los días tienes la oportunidad de desvariar (no fui sola, alego en mi defensa) sobre como apropiarse ilegalmente de una taquilla bien situada y evitar que el conserje se entere.
Fue un día atípico, o extraño o normal en mi vida, quien sabe. Solo diré que es noviembre y esta mañana hacia calor en la calle.

Se acabó, decidido: voy a dormir en el sofa. Estoy demasiado cansada como para poner orden en mi cama (no lo hago ni en mi mente, y eso que siempre la necesito). Ya buscaré otro momento...
domani tornerai a pensare (mñn volveré a pensar)
Foto: una...¿qué más nos da?
0 notas al pie:
Publicar un comentario