No puedo olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste, no sé si te queria,
o tal vez nos quisimos, demasiado, los dos.
Ese cariño nuestro apasionado y loco,
me lo metí en el alma, para quererte a tí.
No sé si te amé mucho, no sé si te amé poco,
pero sé que nunca volveré a amar así.
Te digo adiós y, acaso, con esta despedida
mis mejores sueños mueren dentro de mí.
Pero te digo adiós, para toda la vida
aunque toda la vida siga pensando en tí.
(J.A. Buesa)
Es lo que tienen las mudanzas. El movimiento hace que encuentres cosas que te devuelven al pasado. Y el recuerdo no siempre suele ser bienvenido. Y menos en ciertos momentos. Ahora es cuando me gustaria no haber propuesto el cambio de cuarto, pero las decisiones están tomadas. Esto pasará.
1 notas al pie:
Aiisss me ha dado un... no sé, como un escalofrío mezclado con pena cuando he leido el poema. Me encanta, está precioso, aunque la lagrimilla quiere saltar en trampolín jeje.
Cuánto me suena eso de que el recuerdo no sea bienvenido. Qué complicado es no pensar en el pasado. Yo me he propuesto pensar nada más que en el futuro, a ver hasta cuándo lo consigo. Jeje no soy precisamente el más indicado para dar consejos.
¡Ánimo! Seguro que también habrá cosas en la mudanza que te alegre volver a ver. Yo cuando muevo cosas lo que más suelo encontrar son pelusas :P no no, eso no me trae recuerdos, por suerte :P
Besitos de cacahuete!! Hasta pronto!!
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