Sin atreverme a ver lo que soy

Pues después de pasarme la semana anterior sin hacer basicamente nada útil, en esta me ha entrado el agobio. Aunque, realmente, me lo han impuesto. Ausencia completa del mundo cuerdo es lo que he tenido. Dudas, dudas y más dudas. Y el no me entero de nada.


Incluso intentando esquivar lo inevitable. Ya me da igual hacer mañana el examen, aunque no me salga bien, ni siquiera medio decente. Porque no podría aguantar otra semana asi.


Y más esta semana, después de que mi conciencia y mis amigas me hicieran renunciar a un concierto que llevaba bastante esperando, ahora retrasar la causa por la que ahora estoy aqui escribiendo y no arreglandome para irme, es tonteria. Si el mal está hecho, si yo no he nacido para los números, por muchas semanas que dejase, iba a salir el mismo resultado.


De nuevo vuelven los días en que entras en la facultad antes del amanecer y sales cuando los conserjes echan el cierre. Desesperante. Y cuando se te escapa el bus delante de tus narices... pues para echarse a llorar.


Y aun no tranquila mi conciencia con no dejarme descansar, con ser causa de una contractura en la espalda, de que pierda la vista intentando comprender siglas sin sentido (RAP; RAE; FEE... ) que no significan lo que hasta ese momento he creido, de que me esté odiando en este momento... pues ella sigue golpeteando fuerte, gritando que tengo una montaña de apuntes sin siquiera clasificar y que se me viene el tiempo encima.



¿Noticias buenas? Sí, algunas si que hay. Ayer me enteré de que me han concedido la beca de idiomas para este verano. ¿Si la cogeré? Pues anoche pensaba que no, esta mañana que quizás, esta tarde que si, y ahora mismo no sé que hacer. Dejaré a la almohada esta noche que tome la decisión.


Uff, menos mal que el fin de semana ya llega, aunque aún sin planes. Estoy cansada como para ponerme a ver si hago algo o me meto bajo 7 mantas...



Ahora desisto de seguir con las medidas de impacto (tema de mi examen) y me quedo con mis últimas adquisiciones de la feria del libro (por cierto, ayer fue San Jordi), siguiendo la frase que pone en uno de los separapáginas que me regalaron:


"No hay mejor fragata que un libro para llevarnos a tierras lejanas" (Emily Dickinson)


Tierras lejanas, justo lo que necesito en este instante. No sé por qué, pero la simple idea ya hace que me sienta mejor.